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TEMA 7: Criminología en Venezuela

Referirse a la criminología en Venezuela, presupone un ejercicio de

templanza al concepto de etnocentrismo cultural, puesto que indudablemente

algunos compatriotas destacaron a nivel continental y le dieron notoriedad y brillo a la criminología no podemos hablar de una escuela criminológica venezolana como tal, o sea es menester entender que la reflexión criminológica en Venezuela no ha sido tan determinante en el desarrollo de esta ciencia, tanto a nivel mundial como regional.

Pero no sólo este país, presenta especie de “mutismo” en la reflexión

criminológica es más tomando como fuente la obra de Rosa del Olmo “América

Latina y su Criminología” entenderemos esta ausencia como un fenómeno socio-

cultural propio del momento histórico y los esquemas políticos imperantes para el momento y que compartimos con otros países del continente americano.

Consideramos que una de las causas de este solapamiento nacional y regional,

estriba en que la criminología estuvo por mucho tiempo en una especie de

“incapsulación” en los grupos de nuestras academias, desarrollándose a través de

la participación de nuestros mejores intelectuales; la conexión entre conocimiento académico y aplicación práctica, en materia de criminología definitivamente es particularmente relevante, dado que sus contenidos y productos están estrechamente vinculados a la gestión social y a las políticas públicas.

A pesar de lo antes expresado, es pertinente y a los fines de cumplir con 

una asignación académica, señalar como una fecha relevante en la criminología 

vernácula el año 1992, ya que fue en tal oportunidad cuando se creó en la

Universidad de Los Andes la primera Licenciatura en Criminología a nivel 

Suramericano. Esta Escuela, a diferencia de la de Monterrey en México, se ha caracterizado por desarrollar una criminología causal-explicativa, de corte sociológico, y no una criminología pericial, fundamentada en el conocimiento técnico-policial.

También es necesario hacer mención de algunos venezolanos que le dieron 

notoriedad a la profesión del criminólogo tales como José Rafael Mendoza 

Troconis, Carmen García de Mármol León, Carmelo Flores Cazorla, Elio Gómez 

Grillo y Lolita Aniyar de Castro.

El Doctor José Rafael Mendoza Trocónis fue un eminente jurista y sociólogo 

venezolano, positivista de longeva existencia y fecunda producción intelectual, en 

el campo de la criminología realizó una importante clasificación de los 

delincuentes; también se dedicó al estudio de los factores geográficos e históricos, 

propios de nuestra idiosincrasia caribeña y tropical, para hacer una análisis 

referente a la criminalidad, el crimen y el criminal, basados en las particularidades específicas de Venezuela. A tales efectos, señala que la criminalidad es típica en Venezuela, y se da como resultado del factor individual en combinación con una geografía y medio social peculiares, observándose la predominancia de delitos violentos en las zonas rurales, en cambio, en las zonas urbanas tienen incidencia los delitos fraudulentos o culposos con relación a delitos de índole doloso.

A juicio de Mendoza, la criminalidad en Venezuela es primitiva, grosera, violenta,

propia de una raza en formación.

La Doctora Carmen García de Mármol León, catedrática venezolana, 

integrante de una familia muy ligada a la materia criminológica, valiéndose de 

estadísticas recogidas en sus investigaciones ha planteado un diagnóstico actual 

de las circunstancias criminógenas productoras de delitos, haciendo énfasis en las últimas décadas, las cuales según esta autora, manifiestan una cruel agresividad, 

como resultado del odio social presente, que afecta a una colectividad que vive 

aterrada. Mármol León señala que los factores que influyen en la variación de la 

criminalidad son: factores geográficos, ecológicos, económicos, políticos y 

culturales. Existiendo asimismo, aspectos diferenciales de la criminalidad, como lo son: la edad, el sexo, la nacionalidad (etnias). Así pues, en virtud de estos lineamientos, realiza un análisis de las variaciones de la delincuencia en Venezuela. Dentro de los factores geográficos, son determinantes el medio físico (clima, temperaturas, presión barométrica, lluvias, etc.), así como también los factores ecológicos o residenciales (el campo y la ciudad; barrios, aspectos 

cuantitativos, cualitativos y socioculturales). 

El Doctor Carmelo Flores Cazorla, docente de la Universidad de Carabobo 

y profesor de un completo texto sobre la materia criminológica, ha sido muy denso en sus aportes. Flores Cazorla postula que la Criminología debe intentar ser una disciplina con criterio de totalidad, que analice tanto la sociedad donde surge el delito, como el acto desviado en sí mismo con todas sus implicaciones 

psicológicas, donde además, el criminólogo, debe ser un científico social que 

participe en la política. Asimismo, resalta que en el control de la criminalidad, el 

Estado cumple un rol fundamental, ya que éste debe ser garante de la seguridad

jurídica, lo que requiere de un amplio soporte en la política social, que incluya 

además, una eficaz política criminal que asegure el respeto y la integridad de los 

bienes sociales considerados fundamentales para la existencia de la sociedad.

El Doctor Elio Gómez Grillo, es considerado uno de nuestros más brillantes 

criminólogos y un penitenciarista afamado que propugna constantemente por la 

superación de esa materia; Gómez Grillo, en su obra “introducción a la 

Criminología”, realizó un minucioso enfoque histórico de la criminología, 

estableciendo especial referencia en el caso venezolano (período 1951-1962).

En tal sentido, expuso diversos aspectos del fenómeno de la delincuencia, dentro 

de lo que denominó geografía criminal de Venezuela, derivando esquemáticamente la frecuencia y tipología de delitos, no como pura condición físico-geográfica, sino desde el punto de vista de múltiples factores, donde lo geográfico solo intervenía de forma indirecta como un factor integrante de las motivaciones culturales imperantes en las distintas regiones.

Gómez Grillo, plantea a la delincuencia como un fenómeno social, que 

deviene de factores de formación de valores familiares, educativos, así como ocupacionales o laborales (socioeconómicos). A lo que además, añade como factor incidente, la corrupción evidente en los cuerpos policiales, así como la carencia de medidas gubernamentales en torno a la prevención y corrección del

fenómeno de la criminalidad, que también carece de estructuras penitenciarias 

óptimas y de políticas de reinserción social del reo una vez cumplida con las 

sanciones que le fueron impuestas.

Finalmente es justo mencionar a la Doctora Lolita Aniyar de Castro, 

abogada penalista y criminóloga, posgraduada en París y Roma, de rutilante 

incursión en la política de su estado donde fue diputada, Senadora y hasta 

Gobernadora amén de haber representado a nuestro país en la Unesco, El 

Instituto de Criminología de la Universidad del Zulia, lleva su nombre. Podemos 

decir, que la Doctora Aniyar en la materia criminológica si ha desempeñado un 

papel destacadísimo desde los tiempos en que fue precursora de la llamada 

Criminología de la liberación, donde sostuvo que la función constitutiva o creadora del Control Social se manifiesta en tres planos principales: en la creación del delito, en la creación del delincuente y en la creación de la delincuencia. 

Igualmente esta criminóloga afirmaba que la agencia legislativa crea el delito al 

definir determinadas conductas como tipos penales; señala que la acción policial-

judicial (criminalización secundaria) determina selectivamente a que individuo se le asigna la etiqueta delincuencial y configura el fenómeno de la criminalidad al 

estructurar funcionalmente la acción interdependiente del plano normativo y del 

plano práctico del Sistema Penal, como instancia formalizada del Control Social.

En 1987 la revista argentina “Doctrina Penal” publicó un interesante debate entre 

Eduardo Novoa y Lola Aniyar, donde la zuliana demostró un conocimiento 

profundo de la materia y un estilo sobrio y elegante.

Finalmente, en la actualidad la reflexión criminológica ha de luchar por no 

ser desbordada por la realidad misma del delito, en su expresión más cruenta que 

son los llamados delitos de odio, el reto es grande pero la Academia Venezolana 

inmersa en la realidad circundante saldrá adelante. 

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