TEMA 3: Teorías Para Explicar la Conducta Criminal
Hoy les haré mención de algunas de las teorías más conocidas para entender el por qué de la delincuencia... comenzamos...
1. Teorías Positivistas: Lombroso: En 1871 un acontecimiento viene a producir un cambio radical en la historia de la ciencia cuando Lombroso observa el cráneo de un delincuente famoso (Villella), observo una serie de anomalías que le hacen pensar que el criminal lo es por ciertas deformidades craneales y por su similitud con ciertas especies animales. Lombroso al examinar distintos delincuentes , llego a una conclusión de que el criminal no es un hombre común si no que por sus característicos rasgos morfológicos y psíquicos , constituye a un tipo especial.
2. Teorías Biológicas: En 1968 el antropólogo Ashley Montagu, formulaba la hipótesis de que el cromosoma Y es «el responsable de la tasa normal de agresividad del varón normal XY» y que la presencia de «una doble dosis de esta facultad» podría ser causa de una agresividad casi sobrehumana. «Algunos individuos», escribía, «parecen ser dominados por su agresividad como si... estuvieran poseídos de un demonio. Parecería que ese demonio consiste en la peculiar naturaleza del cromosoma Y adicional»
3. Teorías Psicológicas: La teoría de personalidad de H. J. Eysenck (1964) respecto a la conducta antisocial predice que entre la población reclusa se hallaría una determinada combinación de las dimensiones básicas de la personalidad, consistente en puntuaciones elevadas en Extraversión (E), Neuroticismo (N) y Psicoticismo (P).
4. Teorías Ecológicas: desarrolladas en la Escuela de Chicago, la cual se caracterizó por estudiar la criminalidad relacionando al fenómeno con la estructura social en que se desenvuelve y en función del ambiente que lo rodea (Vázquez, 2003). Entre sus principales exponentes esta Ernest W. Burgess, quien parte de la idea central de la “Hipótesis zonal”, para ilustrar el análisis de la delincuencia en la ciudad. Para él las zonas denominadas de transición era un área con graves problemas de integración, una zona de desorden y por lo tanto potencialmente delincuente (Jones, citado por Vázquez, 2003). En este grupo agregamos además la Teoría de las Ventanas Rotas.
5. Teoría de la Anomia: propuesta por el sociólogo Émile Durkheim en 1893: postulaba que "Un estado sin normas que hace inestables las relaciones del grupo, impidiendo así su cordial integración", así como en su obra El suicidio (1897) y posteriormente por el sociólogo estructuralista Robert K. Merton, 1949. La falta de normas o incapacidad de la estructura social de proveer a ciertos individuos de lo necesario para lograr las metas de la sociedad los impulsa a la delincuencia.
6. Teoría de las subculturas
Está teoría es formulada como respuesta a la frustración que presentan algunos jóvenes de bandas delincuenciales, frente a las diferencias de oportunidades socioeconómicas que perciben en su entorno social. Lo anterior se suma a una serie de problemáticas que llevan a que las personas de estratos socioeconómicos bajos vivan en un estrés psicosocial importante. Desde esta teoría, la delincuencia aparece como una conducta que se puede considerar como “normal” dentro de una subcultura (pandillas, etc.) y por esta razón es posible integrarla al repertorio conductual como cualquier forma cultural (Vargas y Sánchez, 2010, en Ruiz, 2007). Además, los jóvenes que crecen en estas subculturas se encuentran rodeados de faltas de oportunidades laborales licitas y una sobreoferta de actividades delincuenciales, las cuales son reconocidas como una forma de vida aceptable en la subcultura. Una subcultura delincuente se caracteriza por los siguientes valores o instituciones sociales:
A) Desconfianza y falta de participación en el gobierno y las instituciones.
B) Comparten los valores del trabajo y la familia nuclear, aunque no los llevan a la práctica, teniendo una cohesión social baja en las comunidades y limitada a la familia extensa.
C) Es común la familia monoparental, el padre ausente y la matrifocalidad.
D) Los niños empiezan a trabajar y se inician sexualmente siendo jóvenes.
E) Predomina la oralidad y la satisfacción inmediata
F) Predomina la apatía y la indefensión aprendida personal.
G) Hay una gran tolerancia a la conducta desviada y a la psicopatología .
7. Teoría del aprendizaje: está basada en el conductismo, o la versión que Akers prefiere denominar “ conductismo débil”. Pone un especial énfasis en que el comportamiento es una respuesta de estímulos, estímulos que pueden proceder del propio individuo o de su entorno. A la vez, se mantiene que en el aprendizaje desempeñan un papel decisivo el sistema de ensayo-error y la imitación. Por ejemplo, los sujetos tenderán a repetir las conductas que han producido resultados beneficiosos para ellos - el niño que estudia y recibe un premio tenderá a seguir estudiando si nada cambia – y omitir las que han resultado contraproducente –el niño se porta mal y es castigado tenderá en general a portarse mejor-. Igual de importante es la insistencia del conductismo desde sus primeras formulaciones a principios del s. XX, en que la psicología y las ciencias humanas en general deber recurrir decididamente al método científico propio de las ciencias sociales, y alejarse de metodologías subjetivas, etc.
8.La Teoría del control de Hirschi (1969, 1995) elaborada por el sociólogo y criminólogo estadounidense Travis Hirschi señala la utilidad del control social como instrumento eficaz para que los individuos puedan anticipar las consecuencias que les puede ocasionar la comisión de una transgresión o delito. Hirschi parte de la premisa que cualquier persona ha tenido la tentación en alguna ocasión de hacer algo "malo", pero la mayoría de la gente, ante la posibilidad de ver expuesta su conducta a la luz pública, se inhibe de esta tentación. En cambio, aquellos que tienen poco que perder se dejarán tentar en mayor proporción.
Las cuatro dimensiones del control social, según Hirschi son las siguientes:
1) El apego: las relaciones sociales fuertes fomentan la conformidad. Por el contrario, para aquellos individuos que no se sientan muy vinculados con su familia, amigos o compañeros de trabajo, los costes de la conducta desviada son mayores.
2) El compromiso: quienes cuentan con más oportunidades legítimas para satisfacer sus intereses tendrán más ventajas en la conformidad. Los que tienen poco control o reducida confianza en el futuro tienen más posibilidades de presentar pautas de conducta no convencionales.
3) La implicación: una fuerte implicación en actividades lícitas (trabajar, estudiar, practicar deportes) inhibe el comportamiento desviado. La ausencia de actividad en estas facetas cotidianas puede suponer terminar empleando el tiempo en actividades no legítimas.
4) Las creencias: las personas que aceptan y asumen las pautas morales preponderantes en la sociedad en la que se inscriben y que respetan la autoridad tendrán más facilidad para reprimir las tentaciones, que los que se muestran más disconformes a estas pautas morales.
9. Interaccionismo Simbólico:
Cada persona mantiene unas expectativas frente a los demás en la vida cotidiana, al tener intercambios de intereses sin profundidad. En esta comunicación no profunda se pueden usar estereotipos, en tres componentes: ï‚· Cognitivo: Se basa en un conocimiento sobre la persona, objeto, institución, en que nos relacionamos. Este conocimiento en parte es real, aunque creemos que con este conocimiento parcial es suficiente para cumplir con nuestras expectativas. ï‚· Afectivo: Siempre el estereotipo se liga a los sentimientos, en cuestiones como rechazo, cariño, etc. ï‚· Comportamental: Se realizan acciones que se asocian a los sentimientos que se experimental con el estereotipo. Cuando ligamos el estereotipo a los sentimientos de una manera natural, nos salen unos comportamientos. Puede darse la circunstancia de asumir el riesgo de crear una relación más profunda, descubriendo como es verdaderamente la persona etiquetada. La comunicación más profunda conduce a diferentes soluciones, que no solo dependen de la persona estereotipada, sino de los intereses propios.
1. Que haya una evaluación de las expectativas
2. Se evalúa el estereotipo. La experiencia hace que se evalúe el comportamiento frente al estereotipo:
a. Decisión sobre la continuidad de la comunicación profunda
b. Interacción con una audiencia “seleccionada”. Se intenta influir sobre las expectativas de los demás. Pero, ¿La audiencia está interesada en asumir esa visión simplista de la realidad? i. El conjunto de las interacciones con la audiencia limita el marco de la actuación del sujeto estereotipado, que puede: 1. Aceptar la etiqueta 2. Rebelión ante la etiqueta
c. Construcción de una nueva identidad: El sujeto empieza a actuar como se espera de él: Profecía auto-cumplida. d. Surge el conflicto entre los definidores y el sujeto etiquetado e. La identidad social de cada persona se configura sobre la base de las definiciones, expectativas, reacciones… que todas las personas emiten y tienen sobre el comportamiento de los demás. Pero es que además, hay instituciones destinadas a definir lo que es normal, bueno, o malo, en diversos ámbitos de nuestras vidas. i. El sistema penal es uno de ellos. Las definiciones que realiza el sistema penal pueden afectar a otros subsistemas sociales, por ejemplo, las dificultades para encontrar trabajo en caso de un ex recluso. Esas definiciones pueden ser más perdurables y difíciles de borrar. La reacción social del sistema penal no es equivalente ante todo tipo de delito:
1. Casos de alto grado de tolerancia que sin embargo generan un alto sentimiento de inseguridad
2. Casos de baja tolerancia que sin embargo generan poquísima sensación de inseguridad.
10. Teorías Críticas:
La Criminología crítica es una rama de la Criminología que construye su perspectiva sobre la base del marxismo, feminismo, economía política y la teoría crítica. Uno de los objetivos de esta disciplina es el estudio sistémico de la delincuencia y la justicia dentro de la estructura de clases y los procesos sociales. En esta perspectiva, la ley y la pena son vistas en relación con un sistema que perpetra la opresión y las desigualdades. La clase obrera, en particular, es el grupo social que sufre mayormente esta asimetría de valores, junto con las mujeres, los niños y las minorías étnicas. Más simplemente, la criminología crítica puede ser definida como un área de la criminología que considera extensamente los factores contextuales de un delito.